Agraïments


La Cristine, la mare del Lluc
La Cristine --Kiki pels que la coneixem-- és la mare del Lluc i m'ha fet arribar aquest correu per a tots vosaltres.

From: kikigabrilu@hotmail.com
To: contuayudapodremos@gmail.com
Subject: RE: Més coses
Date: Thu, 22 Nov 2012 22:39:43 +0100


Hola, soy la mami de Lluc, y me he quedado muy emocionada con la iniciativa de Olga, su tía, de montar este blog para que nos puedan echar una mano para el tratamiento de Lluc.

Más o menos, os voy a explicar cómo todo ha empezado: Lluc es un niño muy activo, hacía fútbol, jiu-jitsu, skate y andaba de bicicleta, salen todos los sábados a participar en los escoteiros, así que cuando ha empezado a quejarse de tortícolis, no me ha extrañado nada. Llamé al pediatra que me dijo para que le diera un antiinflamatorio para que se le curara.

Pasaron 10 días y nada. Entonces fuimos al pediatra, que le ha examinado y confirmado el diagnóstico: tortícolis y cambia la medicación. Así se pasaron más unas dos semanas en que el dolor seguía: la cosa ya no me gustaba mucho. Lo he llevado a un traumatólogo, que dijo lo mismo: me han dicho de un fisioterapeuta muy bueno y para allí fuimos, y nada. Me decían que era la postura, que era de jugar la Play Station, que esto o que aquello, pero Lluc ya no dormía de dolor y nada le hacía efecto. 

Decidí entonces que nos iríamos para Porto Alegre y del hospital no saldría antes de que se me encontrase el motivo de tanto dolor. Me acuerdo que así que llegamos nos consiguieron una resonancia a través de un amigo médico de mi padre, era el final de semana del día de la madre. Con los resultados, sin querer adelantarnos, pidieron que Lluc se quedara en Porto Alegre para un otro examen, ya que este no había salido muy bien.

Volví a Torres para trabajar y Lluc se quedó con mis padres, que solo me decían que era una pequeña burbuja de aire que tenía entre las vértebras, que no era nada. Yo ya olía que de algo serio estábamos hablando. Bueno, Lluc tiene que operarse, hasta entonces de la tal burbujita esta, pero todo muy de prisa. Yo no podía más que llorar, llegando en el hospital para entrar de baja; vino el médico neurocirujano infantil, el doctor Jorge Bizzy, del hospital Santo Antonio. Y me enseñó las resonancias. Yo, que no entiendo nada, flipé: Lluc tenía una mancha blanca alrededor de la vértebra.
Con un hueco en el corazón, pregunté: "¿Qué puede ser esto, doctor?", y me dijo, claro y preciso: "Pues un tumor, y prepárate para lo peor, porque está entrando por su membrana en la médula y tiene pinta de muy malo".

En mi vida he sentido tanto miedo, como si me hubiesen sacado el suelo de debajo de mí. Pedí que me dejasen un momento porque no era posible quedarme en pie, y me fui para la habitación con Lluc, que estaba en la cama jugando su Nintendo y bien contento, como siempre.

Bueno, la cuestión es que, lo que se haría dentro de una semana, se hizo en dos días. Lluc corría el gran peligro de quedarse con serias secuelas, porque el tumor estaba entrando muy rápido en la médula.

La cirugía ha salido de maravilla: le han limpiado todo el canal medular de alrededor, pero se ha quedado un trocito que no se ha podido sacar. El postoperatorio ha sido terrible: le dolía muchísimo, ya que le han raspado todo el músculo.

Lluc se quedó un mes en el hospital recuperándose, y luego en casa de mis padres, ya que me entraba miedo traerlo para casa porque tenía que tener muchos cuidados, Torres está a 4 horas de Porto Alegre y debía empezar con la quimioterapia y el corticoide, así que su inmunidad estaba muy baja.

Lluc ha ganado muchísimo peso en tan solo unos pocos meses: ha llegado a pesar 60 kg, para un niño que cuando empezó todo estaba con 45.

Ha tenido que ponerse un portcard, un catéter totalmente implantado, para hacer las sesiones de quimioterapia, que al principio eran semanales, y ahora de tres en tres semanas. 

Lluc ha sido un campeón, un niño muy fuerte. Yo no he salido del hospital ni un día, siempre a su lado. Seguimos haciendo análisis de sangre a cada consulta para mirar cómo está, y ya hemos hecho no sé cuántas resonancias.

Me gustaría deciros que tener a mi hijo de vuelta, para mí, ha sido como una bendición. Me ha hecho pensar en muchas cosas, en nuestras vidas, porque nunca creemos que puede pasar con nosotros. Nunca he pensado que tendría que pedir ayuda para poder mantener a mi hijo bien. Siempre fui una mujer trabajadora, mismo porque estoy loca por lo que hago: me encanta mi trabajo, pero no tener dinero para pagar ni la anestesista de tu hijo te hace sentir muy mal.

Me gustaría agradecer a todos desde ya, tanto por la ayuda financiera como en la fuerza del pensamiento, tanto para Lluc como para tantos otros niños que padecen de dolencias crónicas o mucho peores que nosotros. Con todo lo que he visto en un mes en el hospital, me gustaría poder ayudar a todos.

Gracias y hasta pronto.

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